Se realizaron pruebas bioquímicas, genéticas, de sensibilidad al sabor con pruebas de sal y encuestas para saber quiénes de los participantes tenían hipertensión.
Nadia Cea
Según el Atlas Mundial de la Salud creado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el año 2021 se comunicó que existen más de mil millones de personas con algún grado de obesidad en el mundo. En México, el 23% de la población menores de 10 años de edad padecen algún grado de obesidad, y el 18% de los adolescentes tienen problemas de peso. La OMS describe que el estilo de vida son todos los patrones o las conductas que un sujeto tiene y que repercuten en su salud, ya sea positiva o negativamente.
María Elena Casillas Ramírez, estudiante de la maestría en Salud Pública del Centro Universitario del Sur (CUSur), junto con la doctora Esther Barragán Bautista, coordinadora de este posgrado, el médico pasante de servicio social en investigación, José Carlos Fajardo López, la doctora María Elena Aguilar Aldrete, presidenta del Colegio de Geriatría y Gerontología Médica del estado de Jalisco y académica del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), el doctor Sergio Alberto Ramírez García del Instituto de Nutrición de la Universidad de la Sierra del Sur en Oaxaca, y la doctora Carmen Rodríguez Vega, perteneciente al Departamento de Salud Pública del CUCS, realizaron el proyecto “Estilos de vida en población adulta con sobrepeso y obesidad en el occidente de México”, que consistió en un estudio descriptivo transversal sobre la importancia de los estilos de vida y su asociación con el sobrepeso y la obesidad.
Aguilar Aldrete explica que la calidad de vida es un concepto que se empieza a usar en el ámbito médico a partir de 1968, y en 1972 se utilizó en las ciencias de la salud. Sin embargo, menciona que “estudios y artículos científicos delimitan el significado de calidad de vida a un concepto ambiguo que no precisan con exactitud. Se dice que estilo de vida sólo son los hábitos alimenticios y la actividad física, pero realmente eso no define el estilo de vida, intervienen muchos más elementos que tienen que ver también con el sedentarismo, las condiciones de trabajo laboral, descanso, sueño, vigilia, ocupación de tiempo libre”.
Fajardo López comenta, que para esta investigación utilizaron un instrumento avalado y utilizado por la Universidad de McMaster de Canadá desde 1984 llamado FANTÁSTICO, un acrónimo que toma en cuenta los siguientes factores:
- Familia y amigos
- Asociatividad y actividad física
- Nutrición
- Tabaco
- Alcohol y otras drogas
- Sueño y estrés
- Trabajo y tipo de personalidad
- Introspección
- Control de salud y conducta sexual
- Otras conductas de salud
Para este estudio, se consideraron 427 sujetos, entre ellos 90 hombres y 337 mujeres que acudían a la Unidad número 92 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Tonalá, Jalisco, divididos por grupos de edad de 20 a 29 años, 30 a 39, 40 a 49, 50 a 59 y 60 y más. En el estudio realizaron encuestas a partir del instrumento FANTÁSTICO para conocer si el estilo de vida que tenían estas personas era excelente, regular o malo. El principal requisito con el cual tenían que cumplir los participantes era tener 25% o más de Índice de Masa Corporal (IMS) para considerarse con sobrepeso, y 30% o más de IMS para considerarse como obesidad. Aguilar Aldrete complementa, que también se realizaron pruebas bioquímicas, genéticas, de sensibilidad al sabor con pruebas de sal y encuestas para saber quiénes de los participantes tenían hipertensión.
Los resultados de estas encuestas reflejaron que el grupo de edad de 20 a 29 años tuvieron un puntaje de regular a malo en su estilo de vida según el instrumento FANTÁSTICO, y que los grupos de 50 a 59, y de 60 y más, tuvieron un puntaje de regular a excelente. Sin embargo, explican los investigadores, que a pesar de que los resultados de las personas mayores reflejaran que tenían mejores estilos de vida, no se acoplaban a su peso, ya que era este grupo de edades quienes tenían mayores índices de masa corporal, sobrepeso o algún grado de obesidad. Comenta Fajardo López que “eso nos hace pensar que entre mayor edad hay una mayor cultura del autocuidado, pero con el tema del peso nos hace percibir que independientemente del estilo de vida que tenga cada una de las personas, nos topamos con mayor percepción o estado de obesidad, por lo cual nos da a entender que el peso de una persona va más allá de un estilo de vida saludable”.
“Muchas veces atribuimos causas muy específicas a un problema tan importante como el sobrepeso y la obesidad, y desgraciadamente sólo hacemos referencia a la mala alimentación como el principal factor”, explica Casillas Ramírez, haciendo referencia a que esta investigación la invita como profesional de la salud a buscar y actualizarse sobre el tratamiento de enfermedades. También menciona que la obesidad y el sobrepeso son enfermedades multifactoriales, que requieren revisión y análisis de la salud mental, estrés, calidad de sueño, procesos hormonales y menstruación para un diagnóstico más completo y el tratamiento correcto.
Los investigadores resaltan de este proyecto que los jóvenes abusan de su juventud, por lo que hacen un llamado a adoptar estilos de vida saludables desde temprana edad, ya que, de no hacerlo, pueden desencadenar enfermedades crónico degenerativas como cáncer y diabetes en etapas más avanzadas, que disminuyen tener tratamientos exitosos en la adultez. En palabras de Casillas Ramírez: “Es importante saber que el sobrepeso y la obesidad son enfermedades que originan otras enfermedades”.
Esta investigación obtuvo una mención honorífica en el XXI Congreso de Trabajos Libres e-pósteres en la categoría de Investigación en Epidemiología en el mes de marzo del presente año. Puedes leer el artículo original publicado en la Revista en Ciencias de la Salud en el siguiente enlace: https://ciam.hcg.gob.mx/ciam/sites/default/files/2023-03/Archivos%20de%20Ciencia%20CIAM%202023.pdf
nadia.cea@cusur.udg.mx