Fotografía: Jaqueline García

Nadia Cea

“La moringa oleífera es un árbol cultivado en zonas tropicales y subtropicales, el cual en determinadas áreas se ha utilizado como alimento habitual, así como por sus efectos medicinales. Diversas partes de la planta son empleadas en variados formatos y preparaciones, incluyendo la hoja, las vainas y semillas, la raíz, las flores o incluso la corteza”, explica la doctora Esther Nova Rebato, Científica Titular del Departamento de Metabolismo y Nutrición del instituto de investigación ICTAN-CSIC, en Madrid, España, quien visitó recientemente el Centro Universitario del Sur (CUSur), para hablar del trasfondo de su investigación.

–¿Por qué decidió investigar la planta moringa?

–El interés que ha adquirido en el campo de las investigaciones sobre alimentos funcionales se asocia con su interesante composición, rica en nutrientes, como la proteína que constituye casi un 30% del peso y contiene todos los aminoácidos esenciales y el alto aporte de calcio, potasio, hierro, magnesio, vitaminas A, C y E así como alto aporte de fibra y gran diversidad de fitoquímicos, como los flavonoles, ácidos fenólicos y glucosinolatos. Se ha demostrado que los extractos de diversas partes de la planta tienen actividad antioxidante y antiinflamatoria y que consiguen revertir muchos procesos patológicos inducidos en modelos animales por lo que se supone que podrían ser eficaces en tratamientos contra patologías del humano como la hiperglucemia, hiperlipidemia, hipertensión, úlceras e incluso cáncer o enfermedades del sistema nervioso, etc.

Proceso de investigación

–¿De qué trata su investigación y cómo fue el proceso?

–Nuestro estudio se centró en aportar evidencias sobre la utilidad del uso de moringa oleífera para el control glucémico en humanos. Habíamos observado que existía un incremento muy grande de artículos científicos con resultados procedentes de experimentos en modelos animales pero sólo encontramos ocho estudios publicados en humanos, los cuales, además, no estaban exentos de debilidades en su diseño experimental. Por tanto, nos embarcamos en la realización de un estudio de intervención a medio plazo, aleatorizado, doble ciego, utilizando cápsulas para administrar bien el placebo o la moringa, y comprobar la eficacia de la hoja seca en polvo sobre el control glucémico en sujetos con prediabetes.

Para realizar este estudio, la doctora tuvo que acudir a diferentes organizaciones que le ayudarán en la búsqueda de requisitos y características específicas para todos aquellos participantes, que serían una pieza fundamental para continuar con su investigación y así obtener resultados lo más acertados posible.

–Eran adultos entre 40 y 70 años, que debían cumplir los criterios de prediabetes de la Sociedad Americana de Diabetes (ADA) y no estar tomando medicación para el control glucémico. Además se tuvieron en cuenta muchos otros criterios de exclusión para evitar reclutar sujetos con alguna enfermedad grave, hipertensión descontrolada, o con enfermedades autoinmunes, así como para garantizar una buena función renal y hepática, para evitar potenciales efectos adversos y se tuvieron también criterios de exclusión encaminados a evitar factores de confusión. Así, se excluyeron por ejemplo personas con un consumo elevado de alcohol, con obesidad mórbida (IMC>35) o con consumo de medicamentos que pudieran influir en la glucemia.

–¿Cuáles fueron los resultados de la investigación?

–Los resultados mostraron mejoras de la hemoglobina glicosilada en la mayoría de los pacientes que tomaron moringa y el cambio a lo largo del tiempo fue significativamente distinto de lo que sucedió en los sujetos del grupo control. La glucosa en ayunas sufrió un comportamiento similar. No fue una mejora espectacular porque se estudiaron sujetos cuya hemoglobina glicosilada no estaba muy lejos de la normalidad y además la dosis empleada también la situamos en un rango moderado. Quizás aquellos pacientes que no mejoraron podrían haberlo hecho con un poco más de dosis. Es algo que se debería comprobar. Los detalles de los resultados están accesibles en dos artículos de la revista Nutrients.

Funcionamiento de la planta moringa

–¿Cómo se debe preparar la planta para que funcione en los humanos?

–Esta pregunta no la podemos responder de forma inequívoca. Más que cómo preparar la planta, tendríamos que llegar a conocer cuál o cuáles son los compuestos que contribuyen al efecto hipoglicemiante de la planta y así poder en el futuro hacer preparaciones con dichos compuestos aislados y purificados.
En principio, en humanos, hay algunas evidencias, no de elevada calidad por la escasez y limitaciones metodológicas de los trabajos, que demuestran efectos disminuyendo la glucemia, bien sea en ayunas o postprandial (después de alguna comida), con las hojas secas en cápsulas, comprimidos y espolvoreadas sobre los platos. Hay una cuestión que es la temperatura de preparación, puesto que se inactiva la enzima mirosinasa rápidamente a temperaturas por encima de 60 grados, por lo que si se desea conseguir un determinado nivel de moringina (derivado isotiocinato de la glucomoringina) se recomienda preparar el té de moringa en agua fría, mediante incubación de treinta minutos. 

–¿Existen otras plantas con funciones similares a la moringa?

–Sí, hay muchas plantas con interesantes fitoquímicos que aportan capacidad antioxidante, antiinflamatoria, antimicrobiana o antitumoral. Múltiples combinaciones de otros alimentos vegetales podrían tener beneficios similares. Ningún alimento es indispensable, y en todo caso, ningún alimento es beneficioso para el cien por cien de las personas. Siempre hay que contar con la variabilidad individual a la hora de aprovechar los nutrientes y regular la actividad metabólica.

–¿Hay consecuencias o efectos secundarios si se llega a hacer un mal uso de esta planta?

–Como toda planta que contiene fitoquímicos en abundancia, podría ocurrir alguna interacción en personas tratadas con medicamentos cuyas vías de metabolización puedan verse inhibidas o afectadas de alguna forma por la moringa.

–¿La moringa tiene algún otro beneficio?

–Según la literatura, la moringa tiene beneficios metabólicos más allá del control glucémico, como pueden ser actividades antiinflamatorias, antioxidantes y anti-tumorales, que podrían prevenir algunas otras complicaciones metabólicas de la diabetes mellitus y de muchas otras enfermedades crónicas degenerativas. Y por supuesto, por su elevado valor nutricional, puede ser un alimento valioso para mantener dietas saludables. En nuestro estudio no encontramos cambios en el perfil lipídico ni inflamatorio, pero no era una población homogéneamente hiperlipidémica o con el mismo nivel de inflamación basal. Es decir, nuestro diseño no estaba optimizado para evidenciar resultados en estos parámetros.

Perspectiva personal

–¿Qué fue lo que personalmente le sorprendió más de esta investigación?

–Comprobar que algunas características intrínsecas de los participantes facilitaban o dificultaban el que la moringa tuviera el efecto positivo sobre la hemoglobina glicosilada (o la glucemia). Observamos mediante un estudio estadístico de árbol de decisión que aquellos que presentaban unos niveles de la citoquina inflamatoria TNF-alpha por encima de 7.3 pg/mL no respondían al tratamiento con moringa a las dosis empleadas en el estudio.

El pasado 5 de octubre se llevó a cabo un ciclo de conferencias organizado por el Instituto de Investigación en Comportamiento Alimentario y Nutrición (IICAN) del CUSur, donde la doctora Nova Rebato explicó a la audiencia los usos medicinales de la moringa oleífera, además compartió algunas investigaciones que se han hecho sobre esta planta para dar a conocer un contexto más completo de la razón de su investigación. Agradecemos a la doctora por la disposición en esta entrevista.

nadia.cea@cusur.udg.mx