Fotografía: Twitter Aldo Bartra

Martín Aguayo Rivera

YouTube, fundado por los estadounidenses Chad Hurley, Steve Chen y Jawed Karim en 2005, puede ser pensado como la escuela más grande e interdisciplinaria del mundo. Podemos encontrar en ella clases de cocina, futbol, imagen personal, filosofía, física, matemáticas… la lista es larga y crece día con día. Esto, sin embargo, no lo convierte en la panacea con que el ser humano pueda subsanar la ignorancia y el problema de educación mundial; además de que existe un lado de YouTube cuyo contenido es puramente de entretenimiento, y otro lado con tonos mucho más oscuros y peligrosos. Con esto quiero decir que no hay que glorificar esta plataforma: su beneficio depende del uso que le demos.

Lo cierto es que hay a nuestra disposición un sin número de videos cuyo contenido es bastante útil. Canales cuyos creadores y creadoras se dedican a difundir el conocimiento. El Robot de Platón, —canal del que hablaré en esta entrega— C de Ciencia, La Fonda Filosófica, La otra aventura, La última página, Quantum Fracture, Polizón y Náufrago, Derivando, Julioprofe, Píldoras de psicología, Filosofía aquí y ahora, Biología aplicada… disculparán el sesgo disciplinario, mis intereses están más inclinados a las humanidades y por tanto, es ese el contenido que mayormente consumo, pero sin duda podemos buscar cualquier tema que se nos ocurra y tendremos al instante un canal donde nos lo expliquen.

Aldo Bartra, —creador de El Robot de Platón— peruano radicado en Nueva Zelanda, tiene cuarenta años de edad, estudió ciencias de la comunicación, aunque las “ciencias duras” y las letras siempre estuvieron entre sus intereses, y se describe como un “apasionado del conocimiento”. Con el lema “Preguntarte nunca dejar debes”, el 21 de diciembre de 2013 lanzó su canal y luego de muchísimos videos que van desde la astronomía, la física, la química y en general cualquier tema que tenga que ver con las “ciencias duras”, suma la cantidad de dos millones trescientos veinte mil suscriptores; número que crece constantemente. El Robot de Platón es, hoy por hoy, uno de los canales de ciencia más importantes a nivel Hispanoamérica. Lo que Bartra buscaba, más que construir un sitio donde dar clases per se, era azuzar la curiosidad de los jóvenes mediante contenido audiovisual ameno e interesante. “La misión de esta página es difundir el conocimiento. El Robot representa la tecnología, presente y futuro. Platón representa el pasado y la filosofía, cosmología y en general la epistemología”, puede leerse en la descripción que el autor escribió para su canal.

En los videos de este canal —472 actualmente—, Aldo se replantea los mitos espaciales: ¿realmente el ser humano llegó a la luna?; también pone en jaque las teorías del actual terraplanismo, hace preguntas que a priori parecerían absurdas: ¿realmente podemos morir de risa? ¿puede existir cualquier cosa en un universo paralelo? ¿la arena es un sólido o un líquido? pero que, sin duda, luego de la investigación y la conclusión resultan interesantes.

Después del éxito que obtuvo con El Robot de platón, lanzó a la plataforma otros canales: El Robot de Colón, Robotitus, Doal Bartra y Aldo Bartra, todos ellos motivados por la misma idea de dar a conocer un pedacito, acaso un grano de la gigantesca duna, del asombroso mundo de las ciencias. El Robot de Colón,  fundado tan solo siete días después del primer canal, es descrito como un canal de mini documentales sobre la naturaleza que son dirigidos a una comunidad más bien juvenil, aunque hay adultos —me sumo a la anomalía— que también disfrutamos este tipo de videos: curiosidades del pájaro dodo, los osos polares, los erizos, las abejas, los leones, entro muchos otros. El catálogo cuenta con ciento noventa videos que se caracterizan por ser amenos y tener un vocabulario bastante accesible.

Robotitus, por otro lado, surgió en 2017. Se trata, a un tiempo, de un portal gratuito de noticias y un canal a modo de noticiario donde da a conocer los eventos más importantes ocurridos semana a semana. En el portal podemos encontrar secciones de variados temas: el espacio, la física, la biología, la tecnología, salud y medicina, medio ambiente, geología, animales y plantas, entre otros.

Pero Aldo no se quedó solo con el contenido audiovisual, sino que también ha publicado dos libros: Sabor cósmico (y otras ficciones) (2017) y Guía del internauta (2019). El primero es una compilación de veintisiete relatos breves que, en su mayoría, entran en el género de la ciencia ficción; el segundo es un libro de divulgación en el que da consejos de cómo navegar en internet sin caer en las fake news o en información poco fiable. La importancia de investigar en fuentes fidedignas, el pensamiento crítico, creencia, hipótesis y teorías, y generalidades de la cultura de las ciencias, son temas que también podemos encontrar en este libro. 

En suma, el trabajo de Bartra, ha sido un gran aporte a la cultura de la divulgación científica en medios digitales. El peruano tuvo la agudeza de entender que los libros no eran el único medio para “contagiar” el interés de las ciencias. La tecnología avanza a pasos agigantados y, aunque nos duela decirlo, los libros y la televisión ya no son suficientes en la tarea de la divulgación. Vayamos, pues, a YouTube, a los canales de Bartra, aprendamos algo, tengamos interés en la ciencia y tengamos siempre en mente que no debemos dejar de cuestionarnos.

riveradeagua@gmail.com