En el Centro Universitario del Sur (CUSur), los simuladores clínicos forma parte del equipo utilizado en la matrícula de estudios de diferentes licenciaturas
Nadia Cea
Para la medicina, los avances tecnológicos se han vuelto indispensables en la práctica y desarrollo de habilidades y capacidades de los futuros expertos de la salud, el cuidado humano y animal.
En el Centro Universitario del Sur (CUSur), los simuladores clínicos forma parte del equipo utilizado en la matrícula de estudios de diferentes licenciaturas, como Médico Cirujano y Partero, Enfermería, Seguridad Laboral Protección Civil y Emergencias y Medicina Veterinaria y Zootecnia.
Los simuladores clínicos son modelos anatómicos o de escenario, coloquialmente llamados maniquís, cuya función, como bien lo dice su nombre, es simular alguna condición o característica anatómica, con el fin de que el practicante desarrolle habilidades, competencias y situaciones que lo preparen para un caso en la vida real.
De acuerdo con Irving Omar Sánchez Herrera, médico especialista en Urgencias Médicas y actual responsable de la Unidad de Simulación Clínica del CUSur, esta unidad cuenta con simuladores de baja, media y alta fidelidad. Entre ellos se encuentran Hal y Lucina, simuladores masculino y femenino de cuerpo completo, así como una mesa de simulación virtual llamada Zectra, que permite recrear modelos anatómicos tridimensionales de pequeñas y grandes especies animales y humanas.
Los simuladores de baja fidelidad sólo representan partes del cuerpo humano específicos, y sus funciones van de acuerdo a la zona que corresponden. Los simuladores de fidelidad intermedia son capaces de recrear el pulso y ciclos cardiacos, y su material permite dar compresiones, desfibrilar e intubar, a comparación de los simuladores de alta fidelidad, que tienen la capacidad de recrear diferentes tipos de arritmias, cambiar la temperatura, modificar frecuencias respiratorias, saturación del oxigeno, presión arterial, ritmos cardíacos, sangrados, ruidos intestinales, orinar, e incluso hablar, gritar y cambiar su color de piel.
Sánchez Herrera comenta que es importante contar con estos recursos para los estudiantes universitarios y destaca que: “Les da seguridad. Lo principal que un docente con capacitación en el uso de la simulación clínica debe hacer es que el alumno se sienta seguro consigo mismo y todos sus procedimientos, que no le va ha pasar nada, ni tampoco va a lesionar ni lastimar a nadie, que no es necesario que se sienta juzgado, así adquieren destrezas y habilidades, así se evitarán errores importantes en el campo real”.
Además de los modelos físicos de simuladores, Zectra es una mesa de visualización virtual que muestra modelos anatómicos tridimensionales de animales y humanos, y tiene la capacidad de agregar estudios reales y convertirlos en modelos virtuales aptos para su análisis y comprensión, así los estudiantes tienen acercamientos a casos médicos reales que los ayudarán a tener una perspectiva más completa de lo que es la ciencia a la que se dedican.
Para la Unidad de Simulación Clínica del CUSur, el realismo es una parte importante para las prácticas estudiantiles, en palabras del doctor Sánchez Herrera: “Trabajamos para que se sienta más realista en las diferentes técnicas, causamos un poco de pánico, e invitamos a los estudiantes a que fallen todo lo que quieran aquí; no estamos en contra de errores, nadie es juzgado, al contrario, aprendemos del error y los invitamos a que lo hagan para que no lo vayan a cometer en un ambiente real”.
Y así como esta unidad, el CUSur también cuenta con otros laboratorios como el Laboratorio de Técnicas Deportivas y Rescates y el Espacio de Simulación Dental, cuyo objetivo es que los jóvenes aprendan a trabajar en equipo, mejoren las técnicas de comunicación entre colegas y pacientes, practiquen y se preparen antes de pasar a un caso real, para de esta manera, evitar fallas en la atención médica.
nadia.cea@cusur.udg.mx