Mónica Navarro Meza 

Jesús Monroy Rodríguez

Renata Andrea Ochoa Gutiérrez 

Citlalli Verónica Barragán Tortoledo

Leonardo Mendoza Mora

Ilustración: es.vecteezy.com

Los coronavirus (CoV) han causado tres grandes brotes durante las dos últimas décadas:

  1. Síndrome Respiratorio Agudo Severo 
  2. Síndrome Respiratorio del Medio Oriente
  3. La Covid 19  

Actualmente, se ha descrito que la respuesta de nuestro organismo al SARS-CoV-2, se dirige a través del estudio celular de la proteína S, llamada spike (por sus siglas en inglés), la cual se une al receptor de la enzima convertidora de angiotensina 2. 

En la etapa temprana de la infección, el número de copias virales puede ser alto en el tracto respiratorio inferior y en la etapa tardía, la acumulación de líquido pulmonar, puede llenar los espacios alveolares con la formación de membrana hialina; es importante resaltar que puede existir dificultad respiratoria aguda.

La infección por SARS-COV-2 puede dejar secuelas a corto y largo plazo; estudios recientes indican que los efectos pueden darse a nivel cerebral en los pacientes que fueron infectados por este virus. Recientemente, la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha descrito la existencia de alteraciones posteriores a la infección por Covid-19,  (Covid de larga duración), la cual se presenta con síntomas tanto físicos, como cognitivos y mentales, entre ellos:

  • Confusión 
  • Pérdida de memoria 
  • Falta de concentración 
  • Alteraciones psicológicas y conductuales, como ansiedad.

Estos síntomas suelen aparecer y desaparecer en el transcurso y posterior a la enfermedad y, aunque la mayoría de las señales tienden a disminuir con el tiempo, aún sigue siendo un  misterio en comprender qué sucede después de la infección, lo anterior, debido a que quienes llegan a presentar los síntomas sufren alteraciones relacionados con el cerebro, afectando la calidad de vida. 

Es un reto hoy en día entender e intervenir sobre los efectos secundarios tras la infección de SARS-CoV-2. Al respecto, se conoce que existe una respuesta pro-inflamatoria relacionada con una tormenta de citocinas, que genera el sistema inmune como un mecanismo de defensa. 

En adición, se ha reportado que las funciones cognitivas son alteradas, enfatizando en la niebla cerebral, y se observa mayormente en pacientes de alto riesgo de esta enfermedad (grupo de la población conformado por adultos mayores a 50 años, con padecimientos crónicos como obesidad, asma, enfermedades cardiovasculares, asimismo, se ha reportado un mayor porcentaje de mujeres en comparación con los hombres).

Se ha señalado la importancia de resaltar los efectos psicológicos post-Covid19, como estrés y ansiedad. Por lo que es necesario implementar técnicas de estimulación cognitiva. 

Una parte de la población infectada pasa por fatiga persistente que puede ser relacionada al deterioro cognitivo. Por lo que ha resultado de gran interés implementar técnicas de rehabilitación con enfoque cognitivo y de salud mental.

Entre los principales síntomas post-Covid19 se han reportado:

  • Fatiga
  • Niebla mental 
  • Alteraciones de memoria, de concentración y atención 
  • Mareos
  • Desorientación

La mayor parte de los efectos a largo plazo se dan por periodos de hasta 12 meses después del contagio. 

De manera importante se ha reportado que el grupo de jóvenes presenta mayores efectos en áreas psicosociales, mientras que personas mayores se ven más afectados en aspectos de procesamiento cognitivo. 

La problemática que se visualiza como parte del panorama actual es que no existen métodos accesibles a la población para la rehabilitación de los procesos cognitivos de pacientes que estuvieron contagiados. 

Han sido numerosos los estudios que han mostrado la prevalencia de secuelas cognitivas en pacientes que se recuperaron de la Covid-19 en algún momento.

Se conoce que la Covid-19 produce inflamación de las vías aéreas. Esto podría permitir la entrada del virus al cerebro y afectar el proceso de neurogénesis.

En la actualidad se necesitan más estudios para establecer que las secuelas se relacionan con el desarrollo de alteraciones neuropsiquiátricas crónicas; por otro lado, se ha observado que después de varios meses de la infección algunos pacientes muestran un aumento en su volumen de materia gris en el cerebro, lo que podría ser un signo de restablecimiento de la neurogénesis. 

Aún quedan preguntas por resolver y proponer tratamientos para los pacientes que quedaron con secuelas, en ese sentido las vacunas no solo te protegen de una infección grave por Covid, sino que encima disminuyen la posibilidad de presentar secuelas.

Hay preguntas que aún no se han abordado, una de ellas es qué sucede con la proteína S en el cerebro, ya que es necesario conocer si está proteína ingresa al cerebro o si puede activar la microglía directamente o mediante el proceso de inflamación.  

Además, el daño neurocognitivo inducido por la proteína S podría ser más perjudicial en poblaciones vulnerables como aquellas con deterioro cognitivo o que sufren una lesión cerebral traumática. Por lo que se necesitan más estudios relacionados con la  neuropatogénesis de la infección por SARS-CoV-2 o los efectos a largo plazo.

Las vacunas por su  parte han resultado de gran ayuda, si embargo también se han descrito complicaciones neurológicas,  incluido el síndrome de Guillain-Barre (afección en la que el sistema inmunológico ataca los nervios) y la parálisis de Bell (debilidad repentina en los músculos de un lado del rostro).  

Actualmente, no existen tratamientos que puedan bloquear la unión del SARS-CoV-2 a su  receptor, por lo que es un área de interés para la comunidad científica. Entre los retos más relevantes en este tema se encuentra abordar la siguiente pregunta de investigación:

¿Qué sucede en el  cerebro ante respuesta del organismo infectado por el virus? 

La recuperación en un paciente presenta efectos secundarios que pueden durar días, semanas o incluso meses. Entre los más graves síntomas se encuentran olvidos, dificultad para concentrarse, confusión o cansancio.

Las personas que sufren estas alteraciones tienen problemas tanto en el plano personal como profesional. Por lo que se sugiere ajustar una dieta, sueño y actividad física adecuada. Se recomienda contar con un plan donde se incluyan actividades cognitivas y mentales para lograr un ajuste saludable en nuestro cerebro y convertir este plan como parte de un estilo de vida.

Es importante consumir alimentos ricos en antioxidantes con acción antiinflamatorio los cuales intervienen en la  reducción de la confusión mental y la fatiga.

monica.navarro@cusur.udg.mx