Para esta investigación fue necesario un acercamiento con los trabajadores para realizar entrevistas y entender de mejor manera la cultura alimentaria de sus zonas de origen.
Nadia Cea
La migración ha tomado fuerza en México, incluso dentro del mismo país. Jalisco se ha convertido en receptor de personas de estados como Guerrero, Chiapas y Oaxaca, que, en la búsqueda de una mejor calidad de vida, han tenido que establecerse en otro lugar que cumpla con las condiciones para mejorarla, lo que trae consigo un cambio de trabajo y de alimentación.
En la región Sur de Jalisco se ha detectado un crecimiento y demanda de vivienda debido a la migración de personas, entre ellas trabajadores del campo y de cultivos que se establecen en Ciudad Guzmán y territorios aledaños, lo que ha llevado al municipio a adecuarse al incremento poblacional, y a los migrantes a adecuarse a su nueva residencia y a su cultura alimentaria.
La doctora Claudia Llanes Cañedo, profesora investigadora del Centro Universitario del Sur (CUSur) trabaja actualmente con la investigación “Migración, alimentación y salud en trabajadores y trabajadoras agrícolas”, cuyo objetivo es, además de conocer la cultura alimentaria que tienen los trabajadores del campo que emigraron a Ciudad Guzmán, crear programas educativos y difundir a través de diferentes medios, idiomas y formatos, información que puede ser útil para ellos, como protección personal, derechos que tienen como ciudadanos, buenas prácticas de salud, abordaje nutrimental e incluso entretenimiento y cultura sobre la región en la que se encuentran.
Llanes Cañedo comenta que para esta investigación fue necesario una revisión bibliográfica, y posterior a ello, un acercamiento con los trabajadores para realizar entrevistas y entender de mejor manera la cultura alimentaria de sus zonas de origen. En el transcurso de este acercamiento se encontraron con aspectos que dificultaron el proceso, como el idioma, ya que entre estas personas había quienes no tenían el español como lengua materna.
Aun así, estos acercamientos funcionaron para conocer el tipo de dietas y hábitos que tienen estos trabajadores que realizan alta actividad física durante su jornada. Se identificó que los tamales son de los alimentos que más consumen, debido a su alto contenido calórico, saciador y de fácil acceso.
La investigadora explica que en este estudio tomaron en cuenta la alimentación que consumen durante su horario de trabajo y que se busca recabar muestras clínicas de 65 trabajadores entre hombres y mujeres, para conocer un poco de su estado de salud, además de crear un acercamiento con ellos para que puedan describir sus preferencias en la comida y buscar alimentos similares o iguales a los alimentos que tenían a su alcance antes de emigrar.
Menciona que se identificó que los trabajadores pasan por distintos tipos de estresores, como adecuar sus preferencias en alimentos y consumir otras comidas, perder días de trabajo por realizar trámites institucionales en nuevas ciudades, que significa tener un menor ingreso económico, el idioma y la discriminación.
Este tipo de investigaciones pueden ayudar a que los trabajadores sean conscientes de la importancia de su alimentación y de bienestar físico, emocional y social. La migración es un fenómeno social que trae consigo situaciones nada sencillas, y de las cuales no se puede tener una preparación previa. La investigadora finalmente agrega “ellos tienen derecho de estar aquí, de tener una buena calidad de vida con dignidad, entonces hay que indagar cómo pueden sentirse más tranquilos aquí, aunque estén fuera de su lugar de origen”.
nadia.cea@cusur.udg.mx