Diversos investigadores han buscado la manera de mejorar la calidad de vida de las personas que padecen diabetes mellitus, entre ellos se encuentra el doctor Julio Alberto García Rodríguez, profesor investigador del Centro Universitario del Sur

Jaqueline García

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición del 2018, publicada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la diabetes mellitus es una enfermedad que padecen alrededor de ocho millones 600 mil personas en México; esta enfermedad fue la segunda causa de muerte a nivel nacional en el 2019.

Ante esta problemática de salud, diversos investigadores han buscado la manera de mejorar la calidad de vida de las personas que padecen diabetes mellitus tipo 1, trastorno que afecta de forma directa el páncreas, causando que éste produzca muy poca insulina o no la produzca, por lo tanto, no se cuenta con la glucosa necesaria para la producción de energía en el cuerpo.

Desde el 2010, Julio Alberto García Rodríguez, doctor en Ciencias de la Electrónica por el Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingeniería (CUCEI), y profesor del Centro Universitario del Sur (CUSur), ha trabajado junto con el doctor Eduardo Ruiz Velázquez del Centro Universitario de Ciencias Exactas en Ingenierías (CUCEI), la doctora Griselda Quiroz de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) y el doctor Alejandro Ricardo Femat Flores del Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica (IPICYT) en la creación de un páncreas artificial, que de manera automática inyecte insulina a los pacientes diabéticos, con el fin de mejorar la calidad de vida de las personas que padecen esta enfermedad.

Fotografía: Julio Alberto García Rodríguez

De acuerdo con García Rodríguez, el páncreas artificial se trata de un dispositivo que hará la función del páncreas humano: “No estamos pensando en un órgano biológico, estamos creando un dispositivo que pueda suministrar de manera efectiva la insulina para las personas que sufren de diabetes mellitus tipo 1”.

El doctor en Ciencias de la Electrónica explica que ya se cuenta con antecedentes de este proyecto desde los años 90’s por parte de investigadores de Estados Unidos y de Italia, quienes han sido los pioneros en el páncreas artificial. Mientras que en México se encuentran en la fase de investigación donde ya cuentan con antecedentes y se han propuesto algunos algoritmos controladores, es decir, los aspectos de electrónica y programación para el futuro dispositivo.

A la fecha han realizado diversas pruebas, sin embargo, desearían poder hacer algo más, como experimentación con animales para ver el desempeño del proyecto en el mundo real: “Hasta el momento tenemos buenos resultados, pero son ambientes de simulación en una computadora, donde vemos el probable comportamiento de la realidad, pero no es 100% real”.

El objetivo principal del páncreas artificial es mejorar la calidad de vida de los diabéticos, pues, de acuerdo con el doctor, ya se cuenta con investigaciones que abordan que si una persona cuyo páncreas no funciona de manera adecuada, pero se está inyectando insulina, monitorea sus niveles de insulina, realiza ejercicio y se alimenta adecuadamente, puede vivir con esta enfermedad sin ninguna complicación, por lo contrario, también hay resultados que indican que quienes no cuidan sus niveles de azúcar tendrán complicaciones severas. Ante esto destaca que la población mexicana no suele ser cuidadosa con sus niveles de azúcar, ni se cuenta con los insumos necesarios para los pacientes por parte del sistema de salud, por lo tanto, considera que un control automatizado puede mejorar la calidad de vida de muchos mexicanos.

García Rodríguez menciona que ante esta problemática de salud, es importante que se cuente con tecnología mexicana que sea considerada en un futuro por el sistema de salud, que esté aprobada, que tenga todas las certificaciones de ser un dispositivo seguro y que pueda ayudar a las personas en el suministro de su insulina de manera automatizada y completamente programable.

Se pretende que el páncreas artificial cuente con el tamaño de un teléfono celular, en donde se encontraría toda la programación. El dispositivo inyectaría la insulina a través de un parche subcutáneo en la zona abdominal del paciente y éste estaría trabajando a lo largo del día, sin que el paciente sienta dolor. El monitoreo del paciente sería a través de otro parche que se coloca en el antebrazo o en la zona abdominal. El parche del suministro iría conectado a través de una pequeña manguera hacia el dispositivo.

Fotografía: Julio Alberto García Rodríguez

El parche del monitoreo es el sensor de glucosa que se encargará de medir el nivel de ésta para que el algoritmo de control decida cuánta insulina tiene que suministrar. En esta área se encuentra trabajando el doctor García Rodríguez junto con su equipo de trabajo, en el algoritmo que calcula de manera exacta y confiable la cantidad de insulina a suministrar con base en los estudios e investigaciones que han realizado: “La idea es que sea un dispositivo que ayude y que sea mínimamente invasivo”, asegura.

Aunque el proyecto es bastante prometedor el doctor expresa para poder culminarlo necesitan apoyo gubernamental, así como de universidades que quieran invertir para continuar con las siguientes pruebas: “Necesitamos inversión, eso es lo que nosotros pretendemos para la siguiente fase (…) tenemos una idea de los costos porque necesitamos comprar insumos, empezar a tener algunos animales con los que podríamos iniciar algunas pruebas”.

Ante la necesidad de mayor apoyo económico destinado a la ciencia, el doctor menciona que en otros países hay grandes cantidades de dinero destinadas al desarrollo de tecnología y de investigación: “En México ha sido el apoyo más limitado, pero aun así, con los recursos que tenemos, hemos obtenido buenos resultados, nosotros creemos que si se llega a un apoyo gubernamental, apoyos del CONACYT para poder comprar sensores, más dispositivos de infusión para trabajar en involucrar a más alumnos y profesores vamos a reedireccionar las ideas en la resolución de este problema y en un futuro más lejano buscar la aprobación por organismos para su certificación”.

Sobre los avances que han tenido hasta la actualidad expresa que han publicado diversos artículos de investigación científica en revistas de índices internacionales: “Hemos llegado al punto de tener resultados satisfactorios a nivel simulación. Por lo que el siguiente paso sería realizar la experimentación con animales”. Cuentan con propuestas de algoritmos controladores que pueden desempeñarse en ambientes de seres vivos y tienen validado un software que está reconocido por la comunidad científica.

El equipo de trabajo de este páncreas artificial espera que en los próximos años puedan estar realizando avances más importantes con experimentaciones en animales o realizar colaboraciones con universidades en el extranjero, algo que pueda beneficiar al país.

Finalmente, el investigador da un mensaje a los estudiantes del CUSur, los invita a interesarse por la ciencia y la tecnología, a indagar, a asistir a foros donde se hable sobre las experiencias en la investigación: “La motivación es el principal precursor de los desarrollos, a los profesores les corresponde aterrizar las ideas para que los estudiantes se encaminen en la ciencia, ya que el mundo del saber es un mundo sumamente interesante”.

livier.lopez@cusur.udg.mx