Algunos estudios han demostrado que la preeclampsia comienza con una mala inserción de la placenta en el útero de la madre, lo que ocasiona que las células que van a formar la placenta madura formen vasos sanguíneos anormales

Lifecell

Arantxa Cortés Rodríguez 
Nelly Macías Gómez

Según una investigación publicada en Nature Reviews Disease Primers, la preeclampsia es una complicación médica grave exclusiva del ser humano que se presenta después de la semana 20 de gestación, que afecta diferentes órganos de la madre, y se caracteriza por la presencia de proteínas en la orina, hinchazón de las piernas y pies, así como por el aumento de la presión arterial sistémica. 

Esta revista ha dado a conocer que a nivel mundial, la preeclamsia perjudica a aproximadamente 4 millones de mujeres embarazadas cada año, y según un artículo publicado en Revista de la Facultad de Medicina, entre el 3 y 10 % de las mujeres embarazadas en México, en el que se estima una incidencia del 47.3 por cada mil nacimientos. Así mismo, la preeclampsia es responsable de la muerte de más de 70 mil mujeres y 50 mil niños a nivel mundial por año. 

A pesar de los avances médicos, esta enfermedad continúa siendo un desafío para los profesionales de la salud y una preocupación para las mujeres embarazadas y sus familias por el alto riesgo de muerte materno-fetal. El principal objetivo de esta revisión es informar algunos factores de riesgo, así como las consecuencias y medidas de prevención de la preeclampsia. 

Factores que favorecen el desarrollo de la preeclamsia
Se han identificado diversos factores de riesgo para el desarrollo de preeclampsia, entre los cuales se encuentran los antecedentes familiares que hayan padecido esta enfermedad, la obesidad, la hipertensión crónica, la diabetes mellitus, un embarazo múltiple, así como un embarazo en una mujer de edad avanzada (a partir de los 35 años). Adicionalmente, se ha destacado que, si una mujer presenta preeclampsia en un embarazo, es más probable que presente esta enfermedad en su próximo embarazo. Otras afecciones que pueden representar un mayor riesgo para el desarrollo de preeclamsia incluyen la enfermedad renal, enfermedades autoinmunes y la fertilización in vitro. También, se ha descrito un mayor riesgo de preeclampsia en mujeres de raza negra y mujeres indígenas, por lo que se ha sugerido que no solamente cuestiones biológicas lo determinan, si no que pude tratarse de un riesgo relacionado a la desigualdad social que involucra principalmente el poco acceso a los sistemas de salud para una atención prenatal, el tipo de alimentación y factores de estrés crónico, por lo que es importante considerar esta población como de alto riesgo.  

¿Cómo se desarrolla la preeclampsia?
Aunque aún no se conoce con certeza qué es lo que genera el desarrollo de la preeclampsia durante el embarazo, se ha sugerido que intervienen tanto los factores maternos, fetales y placentarios. Algunos estudios han demostrado que la preeclampsia comienza con una mala inserción de la placenta (implantación) en el útero de la madre, esto ocasiona que las células que van a formar la placenta madura formen vasos sanguíneos anormales. Esta alteración de la placenta, ocasiona que se produzca un desequilibrio en las sustancias que produce la placenta y la madre, y que tienen que ver con la formación adecuada de la placenta, agravando así el problema. 

Como un mecanismo de compensación, para restablecer el funcionamiento de la placenta, los vasos sanguíneos se hacen más angostos favoreciendo el aumento de la presión sanguínea de la madre y el envejecimiento prematuro de la placenta, ocasionando daños en los órganos de la madre y del feto y poniendo en riesgo la vida de ambos. Otro dato que confirma que la causa de la preeclampsia es de tipo placentario: son los estudios realizados donde se observa que, en la mayoría de los casos en los que las mujeres desarrollan preeclampsia, esta desaparece días o semanas después de la expulsión de la placenta. Aunque existen algunos casos en los que después de 6 u 8 semanas del parto las mujeres continúan con hipertensión, por ello, es fundamental dar seguimiento estrecho a las madres que desarrollaron preeclampsia varias semanas después del parto. 

Complicaciones
Algunas de las complicaciones identificadas de la preeclampsia incluyen: convulsiones (también conocido como eclampsia), desprendimiento de placenta, insuficiencia renal, trastornos hepáticos, accidentes cerebrovasculares, e incluso la muerte materno-fetal. 

Para el feto, la preeclampsia puede causar restricción del crecimiento intrauterino, bajo peso al nacer, parto antes de las 40 semanas de gestación, así como daño a órganos vitales debido a la reducción del flujo sanguíneo placentario.

Las mujeres con antecedentes de preeclampsia tienen aproximadamente 2 veces más riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, y alrededor de 10 veces más riesgo de padecer enfermedades renales crónicas. 

¿Cómo podemos prevenir la preeclampsia?
Uno de los principales factores para prevenir la preeclampsia y garantizar la salud y bienestar materno-fetal, es planear un embarazo y hacer cambios en el estilo de vida, que incluyen llevar una dieta saludable, practicar de manera regular ejercicio, pero sobretodo, recibir atención prenatal regular y adecuada, que incluya el monitoreo constante de la presión arterial y la identificación de posibles signos que nos ayuden a diagnosticar de manera oportuna de esta enfermedad. 

Recientes estudios han sugerido que la deficiencia o exceso en el consumo de ciertos nutrientes afectan el crecimiento de la placenta y del bebé, tales como el hierro, vitamina D y calcio entre otros, por lo que la dieta constituye un factor imprescindible para garantizar en lo mayor de lo posible, un embarazo exitoso. Durante el embarazo, el metabolismo de la madre cambia por la alta demanda de energía, proteínas, vitaminas y minerales, por lo que, al tener una mala ingesta de alimentos durante el embarazo ocasiona que el organismo obtenga los nutrientes de la madre, provocando un estado de inflamación y estrés celular continuo, lo que resulta en un factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, diabetes y trastornos en el metabolismo de las grasas del cuerpo. En este sentido, es indispensable cuidar la alimentación de la madre previo y durante el embarazo, ya que estudios sugieren que una reducción de los niveles de magnesio, zinc y vitaminas, así como la baja ingesta de calcio, se han asociado con un mayor riesgo para el desarrollo de preeclampsia. 

¿Sabes qué alimentos debería consumir durante el embarazo para prevenir la preeclampsia? 
En una investigación reciente de la revista europea de fisiología Pflugers Arch, han sugerido que el consumo de los siguientes alimentos ricos en ciertos micronutrientes puede ayudar reducir el riesgo para el desarrollo de la preeclampsia:

L-arginina 
La L-arginina es un aminoácido semi-esencial que interviene en diferentes vías del metabolismo, principalmente en aquellas asociadas a mejorar la función de los vasos sanguíneos, por lo que es recomendado para disminuir el riesgo de preeclampsia. Los alimentos que contienen buenas cantidades de L-arginina y que podemos consumir durante el embarazo son básicamente las semillas como las nueces, almendras, pistachos, productos de origen animal como el huevo, pollo y carnes rojas. Adicionalmente, se ha descrito que el consumo de alimentos ricos en L-arginina favorece al desarrollo adecuado del bebé, principalmente en la ganancia de peso. 

Ácidos grasos 
Los ácidos grasos poliinsaturados, principalmente el ácido graso Omega-3 tiene una función de protección del corazón, así como de los vasos sanguíneos, por lo que estudios sugieren que el consumo de este ácido graso disminuye el riesgo para el desarrollo de la preeclampsia, así como tener un impacto favorable en el bebé por ser esenciales para la formación del tejido fetal. Otros de los beneficios asociados al consumo de omega-3 durante el embarazo incluyen el mejorar el peso del bebé al nacer, prevenir el parto prematuro, la depresión postparto, así como reforzar el sistema inmunológico. Algunos de los alimentos que puedes consumir durante el embarazo ricos en omega-3 incluyen: el aceite de pescado, salmón, sardinas, atún, aceite de oliva, aguacate, quinoa, chía, así como verduras de hojas verde.

Calcio
Estudios epidemiológicos relacionan la ingesta menor de 800 mg de calcio al día con un mayor riesgo para desarrollar preeclampsia, por lo que el consumir ciertas cantidades de calcio durante el embarazo ocasionan una reducción del 32% en la incidencia de preeclampsia durante el embarazo. Así mismo, reduce la hipertensión gestacional, parto prematuro y muerte materna.  Algunos de los alimentos que puedes consumir durante el embarazo para mantener tus niveles de calcio incluyen el garbanzo, higos, pistachos, leche, yogurt, verduras de hoja verde, aceitunas y quesos, entre otros. 

Vitamina D
La vitamina D se produce de manera endógena en la piel al exponerse de manera cuidadosa a los rayos UV del sol, así como encontrarse presente en algunos alimentos como el salmón, trucha y sardinas; en pequeñas cantidades en la yema del huevo y en algunos tipos de hongos. Esta vitamina retoma vital importancia durante el embarazo, ya que regula genes que forman los vasos sanguíneos de la placenta, por lo que una deficiencia de esta vitamina antes de la semana 22 de embarazo, es un factor de riesgo para desarrollar preeclampsia, calcificación y envejecimiento de la placenta, lo que resulta en un parto prematuro, deficiencia del crecimiento del bebé, así como el desarrollo de diabetes mellitus en la mujer embarazada.

Vitamina C y E
Son vitaminas conocidas como antioxidantes. La vitamina E se encuentra presente en cantidades considerables en las nueces, almendras, algunos aceites como de girasol, maíz y soya. Por otro lado, las frutas como el limón, la naranja, kiwi, pimientos y otros similares, son alimentos ricos en vitamina C. Estudios sugieren que una adecuada suplementación de mujeres embarazadas con vitamina C y E reduce el riesgo de preeclampsia entre un 4 y12%, así como ayuda a prevenir el estrés oxidativo, y por consiguiente, el envejecimiento de la placenta.

Resveratrol 
Esta sustancia química encuentra en los frutos secos y en las bayas como las moras, frambuesas, uvas, o similares, y cuentan con grandes propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Además, es un protector de cáncer, enfermedades cardiovasculares, metabólicas y neurodegenerativas. La suplementación de mujeres embarazadas con resveratrol disminuye el riesgo de preeclampsia, ya que evita el envejecimiento e inflamación de la placenta, aumenta el flujo sanguíneo de las arterias uterinas y mejora la oxigenación del feto.

El embarazo es un proceso dinámico y complejo, donde muchos factores influyen para dar lugar a la formación de un ser humano, por lo que, si deseas tener un embarazo, es importante que tomes en cuenta que debes de estar en un buen estado físico y mental, donde incluyas estilos de vida saludables, pero sobretodo, acudir a tu médico previo, durante y después de tu embarazo. Recuerda que tu salud y bienestar dependen de ti. 

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